Objetivo: reducir las caídas y mejorar los hábitos posturales
Los agentes de policía trabajan en un ambiente estresante en el que las circunstancias cambian rápidamente y las jornadas largas y extenuantes son habituales. Con frecuencia, deben permanecer de pie durante mucho tiempo, algo que puede desencadenar fatiga muscular o trastornos musculoesqueléticos. Por lo tanto, además de en los peligros del uso de armas de fuego y de la conducción de vehículos, la prevención de riesgos laborales en el entorno policial se centra en minimizar caídas, resbalones, tropiezos y lesiones producidas por el cansancio postural.